En un contexto de baja acumulación de reservas en el Banco Central, el Ministerio de Economía ha tomado medidas para asegurar el cumplimiento de los vencimientos de deuda externa previstos para el próximo año.
El ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, han dado un mensaje claro a los mercados y acreedores: Argentina está en condiciones de hacer frente a los pagos de deuda externa previstos para enero y julio de 2025. Según fuentes oficiales, el Tesoro ya adquirió los dólares necesarios al Banco Central (BCRA) para cubrir los intereses de los bonos Globales y Bonares.
Esta medida busca disipar las dudas generadas en torno a la capacidad del país de cumplir con sus compromisos, especialmente teniendo en cuenta la escasez de reservas que enfrenta el BCRA. Desde el Ministerio de Economía confirmaron que los fondos necesarios para el pago de intereses se encuentran disponibles y serán transferidos al agente fiduciario, el Bank of New York (Bony), encargado de distribuirlos a los bonistas en el exterior.
¿Cómo se realizará el pago?
El Tesoro Nacional compró los dólares al BCRA y estos se depositaron en una cuenta del Bony en Argentina. Una vez transferidos, estos fondos quedan exclusivamente destinados a cubrir los pagos de deuda, lo que garantiza que no serán embargados ni utilizados para otros fines.
Desafíos y estrategias adicionales
El contexto actual, marcado por la sentencia a favor del fondo Burford, que reclama bienes embargables tras la estatización de YPF, añade presión al Gobierno. Sin embargo, la administración de Javier Milei ha reiterado que los pagos de deuda están asegurados. Además, el Gobierno está explorando opciones adicionales para fortalecer las reservas, como la negociación de un repo (acuerdo de recompra) y la movilización de lingotes de oro depositados en el Banco de Inglaterra.
Un panorama a largo plazo
El objetivo del Ministerio de Economía es demostrar estabilidad y previsibilidad a los mercados. En este sentido, se espera avanzar en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un nuevo programa que proporcione «fondos frescos». Esto no solo facilitaría el cumplimiento de los compromisos financieros, sino que también permitiría al país avanzar en la eliminación del cepo cambiario.
A pesar de los desafíos, el Gobierno se muestra optimista y busca transmitir calma a los mercados y acreedores internacionales, asegurando que los compromisos asumidos se cumplirán en tiempo y forma.
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